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Nuestro día comienza a 4,300 msnm en el Abra Málaga, donde el aire puro de los Andes te envuelve al instante. Desde este mirador privilegiado, iniciaremos un descenso inmersivo por el bosque de Tastayoc, un santuario de queñuales (Polylepis) que se eleva como catedrales rojizas entre la niebla.
Cada paso revela miradores naturales que enmarcan el valle sagrado como postales vivas, mientras el sendero serpentea entre parches de bosque nublado habitados por aves especialistas y endémicas:
- El Churrete Real (Cinclus schulzii), joya amenazada que salta entre cascadas cristalinas.
- El Ash-breasted Tit-Tyrant (Anairetes alpinus), diminuto tirano de cresta punk que solo vive en estos Polylepis.
- El Tit-like Dacnis (Xenodacnis parina), un destello azul eléctrico que parece sacado de un sueño.
La ruta está diseñada para fotógrafos y observadores: luz filtrada al amanecer, contraluces mágicos entre troncos retorcidos y puntos estratégicos para capturar aves endémicos como el White-tufted Sunbeam, Creamy-crested spinetail, Chestnut-breasted mountain finch.







